Cinco minutos de crisis.
O quizá fueron diez.
Una canción, ni siquiera la que yo pensaba.
Un video, que he reproducido mil veces.
Una llamada que no se hizo.
Un montón de palabras que no oyó quien tenía que oír.
Serán sumadas a la lista de cosas que un día tendré que contar.
Un monólogo, y diez minutos de crisis.
Mi cuarto de pronto era demasiado grande.
Y, sin embargo, estabas más cerca que nunca.
O quizá fueron diez.
Una canción, ni siquiera la que yo pensaba.
Un video, que he reproducido mil veces.
Una llamada que no se hizo.
Un montón de palabras que no oyó quien tenía que oír.
Serán sumadas a la lista de cosas que un día tendré que contar.
Un monólogo, y diez minutos de crisis.
Mi cuarto de pronto era demasiado grande.
Y, sin embargo, estabas más cerca que nunca.
2 comentarios:
sobrino, deja te digo que cada día escribes cosas más padres y llegadoras, creo que tu curso esta rindiendo frutos ñ.ñ O sera a caso la ausencia de esa personita?
Jajajajajaja, que chipocles esta tu entrada del MUCA!!!!, eso del bar fue buenísimo.
Mi primera (y única ida al MUCA) fue a ver a un tal Omar Rayo... creó que fue buena la expo, pues aún recuerdo en general el estilo de sus cuadros.
Que envidia que este rodeado diariamente de todos esos puestos de comida que parecen estar en cada esquina de C.U., Señor Valmont.
Ya con más calma te preguntaré como va tu carrera. La mía muy padre. Me está gustando esto de regresar a la escuelita... al menos hasta ahorita.
Saludos!!!!
P.D. ¡En verdad me hizo reir lo del MUCA!
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